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El 22 de febrero de este año, la NASA anunció el hallazgo de un nuevo sistema solar al que denominaron TRAPPIST-1, este se compone por siete planetas de tamaño similar a la Tierra orbitando una misma estrella. La comunidad científica piensa que los tres que se encuentran más cerca a su estrella, podrían contener agua en estado líquido, y por lo tanto, entrarían a la categorización de “zona habitable”. Si bien aún faltan muchas investigaciones, ya se pueden hacer conjeturas respecto a sus densidades y composiciones, lo que nos daría una perspectiva mucho más clara de si podría realmente existir vida como la conocemos en estos planetas.

El sistema solar recién descubierto está a solo 40 años luz del nuestro, y sus planetas rotan sobre su propio eje una vez por cada órbita, dándole así la misma cara a la estrella, por lo que de un lado siempre sería de día, y del otro siempre sería noche, esto implica que aún cuando en su estructura pudieran albergar vida, el clima y los factores ambientales serían muy diferentes a los de la tierra, por lo tanto, aún falta evidencia para afirmar que en ese lugar podríamos encontrarnos con vida como la que existe aquí pero ya es una posibilidad real.

Abrir los ojos

Hasta hace pocos siglos creíamos que la tierra era plana, que éramos el centro del universo, que el sol giraba a nuestro alrededor y hasta hace no muchos años, hablar de vida fuera de este planeta era simplemente una locura.

Hoy, gracias a la ciencia y sus evidencias ya aceptamos que existen planetas posiblemente similares a la tierra, millones de nuevas estrellas y galaxias (mucho más antiguas que la nuestra), nuevas perspectivas del tiempo y el espacio que cambian, y se expanden a medida que el conocimiento se va diversificando y compartiendo.

A pesar de lo anterior, con el estilo de vida que llevamos seguimos creyendo que tenemos el control y la verdad sobre lo que nos rodea reduciéndolo todo a una perspectiva local, centrada en nuestras limitaciones, en la dinámica socio/política/cultural/económica/dogmática de este pequeño mundo. Si bien ya muchos han tomado conciencia y hacen su parte en cuidar este espacio, aún nos falta entender las consecuencias de seguir invadiendo, degradando y arrasando todo a nuestro paso como si pudiéramos calcular y dominar todos los factores que pueden afectarnos, sin reparar en que este pedazo de tierra es el lugar que nos dio el cobijo para sobrevivir.

La evidencia científica nos ayuda a ver y aceptar una nueva perspectiva donde ya no somos el centro del universo, donde existimos pequeños y vulnerables en medio de un espacio que se expande y no tiene límites y donde, como reflexionaba Carl Sagan*, somos sólo un punto azul pálido, un grano de polvo en la gran penumbra cósmica, desde donde surge una oportunidad para reconocernos, encontrarnos y amarnos, desde ahí. 

Hay tanto por conocer y aprender, replantearnos nuestra percepción de lo que nos rodea es maravilloso y a la vez liberador, porque ya no tenemos el peso del universo en nuestras manos.

Quizás nos falta abrir los ojos y hacer de la incertidumbre una oportunidad para cambiar la mirada desde la humildad y la compasión, para ver realmente como somos, pequeños pero únicos compartiendo el mismo hogar… nuestro planeta tierra.

*Inspiración: Carl Sagan, libro “Un punto azul pálido” disponible en PDF aquí .

Imagen: Antenas en el OSF 
Crédito: ALMA(ESO/NAOJ/NRAO), Adhemar Duro

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6 Comentarios sobre “Reconocernos pequeños para encontrarnos en la humildad

  1. Creo que la especie humana está en la infancia de su crecimiento, y que en la medida que avance a niveles de conciencia superiores aprenderá a convivir en paz y armonía, superando desigualdades, discriminaciones, guerras, etc. dedicando todos sus esfuerzos a mejorar y respetar nuestro entorno, buscando responder a las sempiternas preguntas: Quienes somos?, de donde venimos? Y hacia dónde vamos?, sin olvidar que nuestro mundo es solo “un punto azul pálido en la inmensidad del cosmos”, como dijo el gran maestro Carl Sagan.
    En lo personal, estoy convencido que “somos polvo de estrellas, de allá venimos y hacia allá regresaremos”!…

  2. Que bello, que pequeños y vulnerables somos frente a tanta grandeza. Ojalá se reflexionara más sobre nuestro hogar y cuidado, y empecemos a comportarnos como una familia humana, que no somos el centro del universo y menos ha de separarnos nuestra raza o religión. Ser conscientes de nuestra unidad, lo que nos hace humanos y que todos habitamos aquí. Lastima que el ser humano sea tan destructivo y pobre de espíritu, aunque aún me queda fe en la humanidad, que tome un giro y empecemos a mirarnos nosotros mismos y hagamos algo, ya que quién sabe cuánto tiempo nos durará. Debe ser un enorme desafío encontrar planetas con condiciones similares a la tierra, así que a cuidar nuestra morada.

    1. ¡Gracias por tu comentario, Anita!
      También tengo esperanza en que las nuevas generaciones comprendan mejor cuál es nuestra realidad y empiecen a tomar acción. Es nuestra labor educarlos hacia allá. 🙂
      ¡Abrazos!

  3. Me parecio muy interesante el articulo, sin duda que nos toca vivir en una época excitante respecto del conocimiento, pero sin olvidar justamente la gran lección de humildad que hay detrás de todo esto.
    Hace tan solo 20 años atrás se descubrió el 70% del Universo, el cual sigue siendo un misterio.

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