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Cuando pienso en la palabra comunicación inmediatamente me imagino a personas en interacción,  conversando,  acordando,  creando y generando relaciones que permiten la comprensión e integración de un mundo compartido, una comunidad.

En redes sociales, se han puesto de moda las recetas y tips sobre cómo comunicar efectivamente para tener mejores resultados en las valoradas métricas, numerosos secretos para mejorar las estrategias comunicacionales en las empresas, el branding personal, la gestión de contenido que asegure clicks y la gestión de las redes sociales llena de concursos, slogans, imágenes “divertidas” y entusiasmo ficticio. Muchas empresas solo “están” en algunas o todas las redes sociales porque es lo que se usa hoy, sintiendo que de esa forma están acercándose a la gente e “innovando” en una comunicación más cerca del usuario. La verdad es que comunicación no es eso, eso es seguir en el modelo de Emisor – Mensaje – Receptor, es decir, crear mensajes para un cliente, usuario o lector, sin integrarlos, sin hacerlos parte, reproduciendo los lineamientos corporativos. Pero las preguntas como ¿se están gestionando las comunidades creadoras, lectoras y difusoras del contenido? ¿Quién y cómo se están haciendo cargo de los comentarios? ¿Qué acciones además de tuitear, postear en Facebook o en el sitio/blog corporativo están haciendo? ¿De qué forma están midiendo la densidad de las conversaciones e interacciones? ¿Están generando relaciones verdaderas? nadie las responde, porque las metricas sólo miden números no relaciones.

No es fácil habitar en el nuevo paradigma de la comunicación, no es fácil comprender que comunicar es crear comunidad y menos es practicarlo e implementarlo en el trabajo y hacer cotidiano. Se requiere preparación, experiencia y atrevimiento para ser parte de una comunicación que integra a las personas, que fluye y se adapta a la comunidad de destino y que va en contra de muchas de las concepciones actuales de la lógica piramidal.

 

Comunicar desde el nuevo paradigma

El año pasado estudié en el Diplomado en Comunicología y Gestión de Identidad de la Fundación de la Comunicología, un espacio de aprendizaje privilegiado donde el aprendizaje es personal, cada uno toma su ritmo y lo adecua a su hacer, las experiencias individuales complementa un espacio de interacción colectivo que potencia el pensamiento asociativo y acerca la teoría a la práctica, sin darse cuenta uno va incorporando los nuevos conocimientos transformándose en propios.

En el Diplomado el mundo aparece en un “ser juntos intercambiando” Komein, comprendiendo la importancia de la comunidad, viviéndola y habitando un espacio común. Todo lo que antes era invisible a nuestros ojos y sentidos ahora aparecen como un tejido lleno de colores y texturas, aprender a distinguir es el proceso vital para ir más allá, para navegar en nuevos y desconocidos rumbos que son incorporados en nuestras percepciones y cosmovisiones. Es un aprendizaje que se vive, que remece toda nuestra forma de ver y percibir nuestra convivencia y comunicación, es mucho más que un proceso de enseñanza, es adquirir de forma natural y fluida una nueva forma de sentir y vivir en el que nuestro crecimiento personal y profesional se convierte en desarrollo humano porque incorporamos una forma de ser, de desenvolvernos y habitar cada espacio en el que estamos.

El énfasis en la escritura y conversación materializa el aprendizaje, transforma la experiencia en algo concreto, podemos observar los avances y compartirlo con otros. La escritura ordena, sistematiza y evidencia los nuevos conocimientos, la conversación organiza las ideas y las hace interactuar con las del grupo, involucrando las emociones y las reflexiones compartidas.

Este fue un aprendizaje en el nuevo paradigma de la comunicación.

 

Cuando el conocimiento es encarnado

Uno de los grandes aprendizajes en este viaje de la comunicología es la trilogía Cabeza, corazón y cuerpo® (3C´s) un giro en la forma de comunicarnos, de concebir las acciones comunicativas y de observación de nuestro entorno social, cultural, emocional y biológico, porque soy y somos parte de un todo.

Cuando integramos la trilogía de las 3C´s todo parece fluir más naturalmente, aumenta nuestra capacidad de distinguir desde los ingredientes del aderezo de nuestra ensalada hasta la emoción del discurso del líder de un país. Estar alineados cabeza, corazón y cuerpo nos permite una vida mucho más armónica y grata, tomamos consciencia de nuestro cuerpo y entorno, vivimos nuestra vida personal, social y laboral en equilibrio valorando los desafíos y disfrutando los logros, nuestros pensamientos son más claros para tomar decisiones más certeras. Comunicar incorporando la trilogía de las 3C´s es comunicar creando comunidades de conversación, de relación y de acción.

Al tener los conocimientos y experiencia desde la comunicología es mucho más evidente que las estrategias comunicacionales que hoy se están utilizando aún no integran a la comunidad o audiencia a quienes se dirigen. Las acciones en el ámbito digital mantienen la lógica piramidal en la cual por ejemplo, los escritores de blogs son proveedores más del engranaje global de las empresas, o contratan a agencias externas especialistas en informes de métricas que sólo miden clicks pero no crean relaciones o community managers que están emitiendo mensajes en las redes sociales sin conocer ni tener mayor cercanía con los temas o conceptos principales de la empresa que representa.

Las 3C´s no es una receta, no es sólo una matriz, no es el secreto mejor guardado, es una forma de pensar, sentir y hacer que requiere tiempo, preparación y habitar desde una lógica más integradora, consciente y atenta.

 

 

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