Compartir

Luego del terremoto-maremoto en febrero de 2010, un grupo de profesionales viajó a Boyeruca, una caleta aislada en el límite de las regiones de El Maule y O’higgins. Los habitantes, cuarenta familias y alrededor de 250 personas, habían perdido las ganancias del verano, sus bienes y casas. Todos ellos eligieron la vida, sin dudarlo, y subieron a los cerros semi-desnudos, con las manos vacías.

Entonces, este grupo solidario decidió acompañarlos durante dos años, aportando sus conocimientos y experiencias profesionales, que abarcan sólo algunas: salud, educación, arquitectura y ciencias sociales.

Los primeros que llegaron hablan de los meses iniciales de tanteo, buscando las maneras de relacionarse positivamente con las personas, respetando sus procesos, sus estados de ánimo y cultura local. Sintiéndose torpes, a veces, o dudosos de la cualidad de sus contribuciones.

Cuando yo me sumé a esta actividad, había principios establecidos: responder a los requerimientos de las personas sin imponer nuestros propios puntos de vista;

aportar desde lo que somos y podemos, no involucrarse en los pequeños e inevitables conflictos de una convivencia apretujada. Al mismo tiempo, se instauró la disciplina de reflexionar sobre la acción de manera continua, recurriendo a la contemplación de algunos textos, como el libro Gobernar tu Vida, de Sakyong Mipham, quien problematiza los actos de ayudar.

Lo que me parece relevante de esta experiencia es la forma amable de relacionarse  entre distintos sectores sociales. En el pasado, en mi experiencia, se desplegaron las acciones de ayuda buscando objetivos políticos, guiadas por distintas ideologías. Sin duda, en cualquiera de estos casos, prevalecía una buena intención. Ese es justamente el desafío: no bastan las buenas intenciones, incluso ellas pueden ser un obstáculo para la convivencia respetuosa.

Lo nuevo aquí, es la apertura y el esfuerzo por observar y reconocer nuestras tendencias, por ejemplo, pensar que sabemos más y que nuestras ideas son mejores. Este no podría ser un discurso explícito, pero sí el subtexto eventual de nuestras proposiciones.

Una de nuestras actividades ha sido el levantar proyectos productivos, intentando crear un fondo solidario, en la forma de  préstamos. Este trabajo comenzó hace algunos meses, tuvimos nuestras primeras decepciones al no obtener logros esperados ante la urgencia del verano y seguimos obstinados en medio de las dificultades de conseguir ayuda. Mientras tanto, los habitantes de Boyeruca se levantan sobre sus propios pies y usan lo que tienen para generar sus ingresos. Este resultado podría ser desorientador, en el sentido de reconocer que nuestra ayuda no es indispensable, si no fuera por el modo en que se enriquece nuestra visión cuando escuchamos a Guillermo Gaete, uno de los dirigentes sindicales, que nos dice “abrir la idea de hacer proyectos ha despertado la creatividad de las personas de aquí” o bien una mariscadora que nos comenta, “ustedes nos enseñan a ser solidarios”. Nosotros mismos constatamos otros aspectos valiosos: algunas personas desechan por sí mismas sus proyectos pues luego de pensarlos con más detenimiento, no los consideran viables. Esos gestos nos hablan de su dignidad e inteligencia y también de lo beneficioso de nuestros diálogos.

Quizás el resultado más impresionante de esta forma de estar junto a otros, fue lo declarado por ellos en nuestro último viaje, en abril: “ustedes trabajan para nosotros y pensamos que debemos ser nosotros quienes financiemos esos gastos”.

Para todos nosotros, ésta ha sido una experiencia de crecimiento. Nos hace revisar nuestros pensamientos y acciones. También nos hace apreciar las cualidades de los demás, distintas a las propias. Todos juntos avanzando y fortaleciendo nuestra amistad. Una de las personas de nuestro grupo, sintetiza sus emociones diciendo: “sólo sé que cuando voy a Boyeruca, soy feliz”.

 

Compartir

Alguien comentó sobre “Nuevos caminos solidarios

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *