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Y la eterna duda ¿Quién era?  

Sensación acompañada de desorientación. 

” La dimensión del espejo”, según Blade Blood. 

Y el padecimiento…un “estar” o “malestar” desde el lado opuesto a la realidad, invertidos los polos, un haber entrado en el lado contrario, el ver el mundo como desde dentro de la luna de un espejo, que lo vivía en ciertos momentos de angustia y  ahora frente al cuadro colgado de una de las paredes de su dormitorio y que reflejaba a la mujer desnuda . 

¿Un reflejo de su imaginación…?- se preguntaba. 

Y este treinta y uno de diciembre una inquietud mayor.

¿Sería la demencia de su bisabuelo René tan temida en la familia?

¿Estaría frente a una cicatriz del mundo?

¿El absoluto de su soledosa soledad habría terminado por enfermarla?

¿Sería un padecimiento nuevo que azotaba la humanidad y nadie mencionaba?

¿Un estado de conciencia espiritual? 

Y la angustia se convirtió en miedo.

¿Sería acaso la muerte que evitaba desde hacía años pero que sabía a su lado, aguardando, acechando, vigilante.

Hoy todo estaba en duda.

¿Era realmente una creadora?

¿O una creación de alguien?

Y el miedo se convirtió en pavor.

         ¿Era una escritora o el personaje de un cuadro?

La confusión usual frente al desnudo la atacó con más fuerza que de costumbre, deseó tantas veces ser ella, la mujer que se mostraba sin tapujos, libre, ofreciéndose como seguramente se ofreció un día al pintor que hizo su retrato.

Púdica y al mismo tiempo impúdica. Sin códigos de honor. Sin ataduras.

Y cabizbaja, ocultando rostro y mirada para que nadie

supiera quién era. 

¿Un fantasma?         

¿Una mujer imaginaria?

¿El sueño-ensueño de un artista?

¿El alma de un pintor?

Los recuerdos, los malos recuerdos, la maldición de la mala madre, el robo del hermano, la perversidad del marido, el suicidio del amante.

Y nuevamente “la dimensión del espejo”  

Y la fuga, la huida ante el insoportable dolor en el vivir. 

La decisión estaba tomada. 

Se acercó al cuadro y descubrió una fisura que nunca había visto antes, una escisión en el vidrio protector de la imagen y que esta vez se abrió como la página de un libro.

La acarició y su tacto le produjo un corte en la mano, miró la sangre -prueba de vida y prueba de muerte- se dijo. 

Y la duda. 

No resistió más y a través de la dimensión de un  segundo hizo el viaje. 

Sintió como su cuerpo se desprendía -hacia el otro lado de la realidad – pensó. 

Ya no la asustó ver su cuarto desde el interior del espejo, ahora era verdaderamente ella,  con su mirada desde el otro lado de la realidad  y entendió algo que durante años la había angustiado , observó la habitación que en principio le pareció extraña y  luego reconoció, la verdad de una epifanía, perfecto, este era el espacio verdadero, el  interior de las obras ,el exterior  únicamente;  imaginación.

El miedo que le provocara el instante temido y deseado se convirtió como a través de una epifanía revelada ,en una gran paz, la luz se difumó y el frío invadió su cuerpo ahora desnudo. 

Y “desde la dimensión del espejo”, la escritora levantó su rostro cabizbajo de lo que había sido antes la imagen, (oculto por el pintor en un acto de amor secreto) , ahora ella, y con la nueva mirada observó deslumbrada el dormitorio vacío, aparentemente sin un alma (para los otros) y transparente, transparente como un espejo.

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7 Comentarios sobre “La dimensión del espejo / Cuento de Mónica Gómez (En este cuento la autora intenta una exploración de la literatura en la física cuántica)

  1. Un cuento surreal, a momentos de un realismo
    mágico que me envolvió y transportó a una dimensión de espejismos metafísicos, donde la “realidad” conceptual es solo un referente ínfimo, donde el tiempo factual desaparece ,
    Y nos alimenta con un multiverso existencial rico
    En poesía y nos regala la bella posibilidad de no morir y seguir viviendo en una eterna atemporalidad …..

  2. El final del cuento tiene un giro de 180 grados. La repetición de la palabra “transparente” hace brillar ese párrafo e invita a releerlo. Entonces pestañeamos ante un espejo inmaculado que Mónica despliega en su cuadro literario final.

  3. Felicitaciones, querida Mónica, por este cuento que explora con habilidad el miedo a la locura y la curiosidad por el traspaso del espejo que a menudo habita creadores y creadoras.

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