CANTOS
ESCRITORES.CL
Canto a Kunultüaen
Canto primero
La plegaria
¡Yallemai…! ¡Oh Glorioso Espíritu de Künultuaen! he desandado los nueve caminos he regresado al lugar donde reposan los huesos de mis muertos he descifrado el enigma del monje de la montaña he escuchado el canto divino del Hombre-Dios con rostro de malaquita me he sumergido en la laguna sagrada a los pies del Gran Sol del Amanecer he caminado de la mano de la Gran Machi Muerta que me ha enseñado el camino de las caracolas he fumado el espíritu de las hojas del tabaco que unido a mi propio espíritu ha sanado el cuerpo de los infantes moribundos he visto florecer la higuera en Noche de San Juan he presenciado la muerte de mis hermanos en manos de la Mala Madre he escuchado el llanto sin alma del demente he visto la luna alumbrar mis sueños he conocido el alma de los pensamientos azules he visto moverse el girasol he visto fecundarse la amapola he bebido el elíxir del recuerdo preparado en la olla de los duendes con aguas de cedrón canelo raspaduras
de pehuén estragón de la generosidad tomillo del valor y sangre que ha abierto el gran túnel de la memoria he bajado los Nueve Escalones en tierra extraña he luchado contra los Cuarenta Miedos los Cuarenta Miedos enmascarados con mi propio rostro me han encarcelado ¡Oh Poderoso Espíritu de Künultuaen! ¡Oh Poderoso Espíritu de la Libertad de mis antepasados! ¡Ayúdame! Mi espíritu prisionero te llama los Cuarenta Miedos me han encarcelado y tienen propio rostro el espíritu del retumbar de mi cultrún grabado con tu nombre te llama los Cuarenta Miedos me han encarcelado y tienen mi propio rostro el espíritu del fuego y calor de mi fogata te llama los Cuarenta Miedos me han encarcelado y tienen mi propio rostro el espíritu del piñón noble hijo de la araucaria te llama los Cuarenta Miedos enmascarados con mi propio rostro me han encarcelado ¡Yallemai…!
CANTO SEGUNDO
El vuelo
¡Yallemai…! cantemos es noche de tormenta los rayos truenos y relámpagos quiebran el infinito los Dioses los hijos de los Dioses y los humanos se acarician el Gran Espíritu de Künultuaen me acaricia mi padre me lame los ojos su rostro se inicia en mis sueños el silencio golpea las paredes y la voz aguda de mi abuela La Machi Muerta nos invita a comer pedazos de Dios en la carne de cuatro felinos la ruca arde y el fogón quema en un rincón mi hermana remueve su vientre con palillos de plata que expulsan a la bruja el loco vuela entre los árboles pidiendo a gritos que lo salven del inminente horror de la cordura la zorra entra a la ruca y me mira me olfatea me reconoce y me mira desolla mi piel con sus garras de plata y me mira me mira y en sus ojos veo a mi abuelo hundir un largo estilete de plata en el pecho de mi abuela veo la sangre surgir por entre los pálidos labios
de mi abuela mientras bendice a mi abuelo y le rinde su última declaración de amor la zorra me mira y en sus ojos veo al hombre cruel golpear el vientre preñado de la albina mientras la mujer se retuerce colgada de las rejas en espasmos de dolor y da a luz un feto azul la zorra me mira y veo a mi hermano luchar con otro hombre
que es él mismo aunque por momentos toma el rostro de un ave, un ángel o un andrógino mientras que bajo la cama asoman cabezas de enanos cubiertas con diademas de plata que me miran y ríen la zorra me mira y veo el odre oscuro por el musgo de la humedad desbordarse en un torrentoso río que inunda mis pies mis piernas mi cuerpo y me arrastra me arrastra lejos de la ruca lejos de mí misma y mientras me sumerjo entre las olas del odre puedo también volar y me transformo en un gigantesco pájaro de pico anaranjado que come serpientes las que al llegar a su garganta se convierten en setas y las setas pasan a través de su garganta que es mi propia garganta la que se estrecha se estrecha se estrecha y entonces ya no es más mi garganta sino un profundo laberinto de nueve túneles abiertos en nueve hasta el infinito
con paredes cubiertas de arañas por las que resbala un manto de rocío negro que cubre casi por entero los altos helechos que crecen entre la humedad de los rincones al amparo de los fantasmas y en las profundidades del agua-túnel-laberinto veo a la zorra y veo en sus ojos el cuerpo muerto del hombre amado y los cuerpos mutilados de los vivos que ocultan pudorosamente sus miembros mientras arrojan claveles rojos sobre las aguas que caen como cataratas sobre la ruca y la zorra me mira y entre sus fauces veo abierta la Gran Montaña la Montaña Roja del Sueño cubierta de piedras azules y vidrios pedazos de arcoíris donde encontrara por primera vez al monje que me diera la bienvenida al suicidio al suicidio de la muerte y me doy cuenta que allí está de nuevo esperándome su ropaje oscuro ha reverdecido sus tatuajes de dragones han reverdecido su saliva-animal ha reverdecido sin embargo su voz se asemeja extrañamente al canto del Hombre-Dios con rostro de malaquita y a la voz que me ordena todas las madrugadas que ordene a mi cuerpo retornar al lugar donde reposan los huesos de mis muertos y a la voz de mi abuela la Gran Machi Muerta que me enseñara el camino de las caracolas y escucho una voz que es la voz de todos
y es mi propia voz que me dice ¡Bienvenida a la vida zorra-alada! y miro a la zorra a los ojos y me veo a mí misma removiendo los carbones ardientes de un brasero de cobre con asas de plata y entre las llamas de los carbones las manos de mi amante acariciando el fuego y miro a la zorra a los ojos y me veo entre los brazos de una mujer de mirada azul que ríe mientras yo huelo su sudor a leche fresca y miro a la zorra a los ojos y me veo a mí misma corriendo sin destino por entre las araucarias y todo se oscurece
y siento a mi alrededor la presencia de los Cuarenta Miedos enmascarados con mi propio rostro y grito y miro a la zorra a los ojos y veo cómo los Cuarenta Miedos tiemblan y caen bajo el rayo de mi voz y veo en los ojos de la zorra los Cuarenta Miedos muertos y de entre ellos emerger mi verdadero rostro y me reconozco en mis ojos de carey, mi pelo de carey mi boca de carey y canto y canto porque mi espíritu de libertad se ha unido al Gran Espíritu de Libertad al Glorioso Künultuaen Alma Plateada y canto ¡Yallemai…!
CANTO TERCERO
El encuentro
¡Yallemai…! ¡Oh Glorioso Künultuaen! tu espíritu de libertad se ha unido a mi espíritu de libertad tú y yo somos uno te suplico baja aquí en este cementerio sagrado en esta tierra sagrada y transforma el duelo de la muerte en fiesta de vida en fiesta de fertilidad en gozosa fiesta en próspero Ñillatun por ti he caminado los nueve caminos abierto las nueve puertas
subido las nueve montañas por amor a ti vengo de muy lejos vengo baja aquí y ordena que tus cuatro hombres-guerreros recojan los cuerpos muertos de los Cuarenta Miedos enmascarados y los hundan en profunda sepultura baja aquí que necesito ver tu rostro de libertad Huillifucha el Dios Madre del Viento Sur me ha dicho que este es el lugar sagrado Hullicushe la Diosa Madre del Viento del Sur me ha dicho que este es el tiempo sagrado el viaje ha sido largo el espíritu del motemei mi único alimento el espíritu del mudai encerrado por nueve siglos en las nueve vasijas mi única bebida
el espíritu de los árboles elevándose en el cielo mi única voz para llegar a ti por ti y en tu búsqueda he desenterrado a mis muertos por ti y en tu búsqueda he abandonado mi tierra por ti y en tu búsqueda he volado sobre las nueve montañas mi espíritu te busca la escalera de plata está izada la campanilla de plata te llama mi corazón cuelga de los más alto de la escalera de plata y el sacerdote el Ñillatufe anuncia tu llegada la culebra asesina huye despavorida y se sumerge entre las fauces del volcán del gran volcán la luna naciente alumbra con reflejos de plata pedazos de luceros caen sobre la tierra
el reflejo de plata cae sobre la tierra el misterio se abre el metal fecunda la tierra ¡Bienvenido Glorioso Espíritu de Künultuaen! ¡Bienvenido Espíritu Plateado! tienes el rostro del espíritu de Dios los ojos del espíritu de mi padre las manos del espíritu del hombre ¡Glorioso Künultuaen! desata mis pies libra mis manos
coloca tu mano sabia sobre mi boca acaricia mi boca besa mi boca y dame el sagrado espíritu de tu propio espíritu ¡Glorioso Künultuaen! Dios de la Libertad
has abierto la sagrada puerta misteriosa puerta secreta puerta buscada y revelada puerta de la libertad ¡Yallemai…!